Un sindicalismo reticente a las prácticas democráticas

El personaje de la novela, miembro de una comisión gremial interna, concurre en medio de un conflicto a la imponente sede del sindicato que agrupa a los trabajadores de su actividad. El edificio, majestuoso, es el santo y seña de la burocracia que tanto deplora. Viene él de una tradición de izquierda combativa, radicalizada, que lo hace desconfiar