A jugarse, compañeros

Salvo rarísimas excepciones, nadie del peronismo parroquial se anima a cortar aún, con las cadenas que cinceló el kirchnerismo en estos 12 años de esclavitud política. Es cierto que tampoco, curiosamente, nadie habla de la presidenta saliente con el fervoroso entusiasmo con el que lo hacían hasta hace segundos. Está claro, los globos amarillos por