En un hecho que no encuentra muchos antecedentes, unos 100.000 manifestantes marcharon el domingo 30 de abril sobre la Ruta Internacional 136 hacia el Puente Internacional General San Martín, que une Gualeguaychú con Fray Bentos. Se trató de la movilización más grande en la historia de la ciudad, en una convocatoria que sumó grupos o columnas -según el caso- de casi toda la provincia y de ciudades argentinas no tan cercanas.

A pesar del entusiasmo inicial, Entre Ríos no adhirió a la ley por la cual se provincializa la persecución judicial al narcotráfico de menor cuantía -y al parecer tampoco lo haría en el futuro-, luego de los fuertes cuestionamientos que recogió la nueva normativa en el fuero provincial. Mientras, la justicia comienza a plantear la inconstitucionalidad de la penalización del consumo personal de drogas y el Congreso Nacional tiene para su discusión dos proyectos en ese sentido, aunque no parece probable que puedan tener aprobación en lo inmediato. Discusiones polémicas mientras el país debe afrontar un nuevo escenario en la lucha contra el narcotráfico. ¿Cómo se combate? ¿Hay personal capacitado? ¿Existen los medios suficientes? Un informe de ANALISIS para develar las dudas en torno a un tema preocupante.

El domingo 30 de abril fueron miles los que volvieron a marchar sobre el puente internacional con el mensaje pacífico y firme de “No a las papeleras”. Un año después de la marcha que comenzó a instalar el tema a nivel nacional, miles de entrerrianos convirtieron la previsible derrota que simboliza la chimenea en un triunfal “abrazo al río” que multiplica adhesiones y despierta conciencias. Algunos apuntes para el análisis de un despertar colectivo cuyas consecuencias aún nadie alcanza a imaginar.

De no mediar una nueva postergación o algún otro tipo de inconveniente, el martes se llevarán a cabo las elecciones en el IOSPER para elegir al nuevo directorio que conducirá los destinos del organismo durante los próximos cuatro años. Este comicio ha generado una especial expectativa no por el acto en sí mismo tal vez, sino por la posibilidad de que las nuevas autoridades puedan encarrillar el rumbo de la principal obra social de la provincia que vive de terremoto en terremoto y por la dureza de los enfrentamientos entre los estatales que juegan por ATE o UPCN, según sea el caso, y los municipales del SUOYEM, frente a los que responden al diputado provincial del justicialismo en su carácter de titular de la Federación entrerriana de empleados municipales, Juan Carlos Almada. La ley prevé un directorio conformado por siete integrantes y hacia allí se encaminan estas elecciones. En sólo dos sectores en los que se divide el comicio existe lista única: en activos del Poder Legislativo y Judicial y en Docentes. El resto: activos del Poder Ejecutivo, retirados de la Policía, empleados del IOSPER, Pasivos y activos de los municipios presentan dos opciones. El mayor interés esté centrado quizás en la elección del representante de los activos del Poder Ejecutivo y que saldrá del cruce entre el médico cordobés afincado en Paraná Ariel de la Rosa y el delegado de ATE oriundo de Concordia, Miguel Pelandino.

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Lo pasado pensado, el último libro del historiador y escritor Felipe Pigna, será presentado por el autor el martes a las 20.30 en el Teatro 3 de Febrero, invitado por Códice Libros. Si bien la entrada es libre, se solicita un alimento no perecedero y leche en polvo para ser donados a instituciones de bien público cuyos nombres serán difundidos oportunamente.

El surgimiento de otros medios que se suman a la impostergable lucha contra las llamadas patologías de la alimentación nos lleva a recordar una de tantas incursiones de ANALISIS en esta cuestión. “Si usted advierte que a su hijo le está ocurriendo algo, significa que, efectivamente, le está ocurriendo algo”. Fue con esta frase que iniciábamos nuestra columna el 9 de junio del año pasado para abordar un tema que, pese a su indiscutible gravedad, no es objeto de suficiente atención por parte de ciertos sectores de la sociedad (sigue en el interior).

Desde hace unos meses, algunos grupos locales de gestión, producción, difusión y educación con el cine comenzaron a reunirse para vislumbrar la posibilidad de asociarse, con la intención de coordinar las propuestas y favorecer las distintas salas donde se desarrollan las actividades. Soñando con la opción de poder ver una película en pantalla grande todos los días, en un momento en que la capital entrerriana se ha quedado sin cines, decidieron darle mayor impulso a la idea e invitar a otros a sumarse en el camino. Así surge Cinemateca Paraná, concretamente un emprendimiento de gestión y creación de espacios para la difusión y el aprendizaje del cine en y con la comunidad.