Primero que nada, el irritante asunto de la ciudad arrasada (no se lo tomen en joda, hay que gente que lloró por esto) Me molesta el vandalismo y la destrucción de los espacios públicos, pero me molesta siempre, no sólo esta vez que convivieron en la ciudad miles y miles de mujeres, muchas de las cuales no fueron alojadas en ningún sitio. Pero me incomoda más la hipocresía: muchachos, chicas, si de algo nos quejamos siempre los paranaenses es de la basura y la mugre que parecen enquistadas en la ciudad. ¿O no somos dueños de un gigantesco y vergonzoso basural a cielo abierto, donde viven decenas de familias? ¿O no se forma un micro basural en cada baldío? ¿O no quedan llenos de papeles, bolsas, botellas los parques y paseos a la tardecita de un domingo cualquiera? ¿O no está la costa del río llena de basura y mugre y el agua contaminada por afluentes no tratados?

Más de 30.000 argentinas pasaron este fin de semana por Paraná, convocadas por el Encuentro Nacional de Mujeres. Cada una de ellas, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, realizaron el esfuerzo de viajar miles de kilómetros para poder compartir con otras sus experiencias, propuestas e inquietudes sobre diversos temas, incluido el derecho a decidir sobre sus cuerpos. Las jornadas mostraron debate y preocupación por la realidad social, pero también provocó reacciones y gestos de intolerancia desde sectores católicos y de ultraderecha, como así también el repudio de un sector de la ciudad al accionar minoritario de un grupo que pintó edificios públicos y comercios, sin medir el retroceso que ello determinaba.

Nada fue al azar. Cada cosa la pensaron. No fue casual que unos pocos días antes del inicio del Encuentro de Mujeres la ciudad de Paraná apareciera empapelada con afiches vergonzosos, buscando el golpe bajo, con una foto de un supuesto aborto que no era tal. La idea era clara: había que sembrar el odio, ese mismo germen que siempre tuvieron dentro en buena parte de la historia nuestra.

El universo creativo del artista plástico Luis César Bourband es tan variado como apasionante. Querido y respetado por sus pares en toda la provincia, este año fue noticia porque presentó su primer libro, titulado El niño blanco. La próxima presentación de su serie Imágenes grabadas, el jueves 21 en el Museo Provincial de Bellas Artes en Paraná, y el seminario taller sobre serigrafía artística que brindará este sábado en el Encuentro de Arte de Rosario del Tala, ameritan este diálogo exclusivo con ANALISIS para conocer en profundidad las repercusiones de su obra escrita y su pensamiento como hombre de la cultura sobre un presente que parece desafiar fuertemente los valores humanos.

–Sé dónde está mi clítoris –escribió una mujer sobre una pared paranaense.
–Evidentemente sabe dónde está su clítoris. Lo que no sabe es dónde dejó la cabeza. No hace falta destruir lo que en común nos pertenece –reflexionó alguien desde una red social.
El impactante espectáculo de miles de mujeres deliberando sobre sus derechos, sobre su trabajo, sobre su imagen pública, sobre su sexualidad, sobre todo lo que se discutió durante el Vigesimoquinto Encuentro de Mujeres, quedó relegado a un segundo plano en virtud de las exteriorizaciones físicas de la reunión. Era de esperar. Con seguridad eran las reinas del aerosol, las que representativas o aisladas con inscripciones dieron noticias de sus verdades y sus fobias, las más seguras de que así resultaría.

En la Liga Paranaense de Fútbol se registraron nuevamente hechos de violencia. Durante dos fines de semana seguidos hubo escaramuzas, golpes de puño y hasta balas de goma. Estas situaciones no hacen más que empañar al cada vez más golpeado balompié liguista, que pide un cambio a gritos. Encima, si los responsables se lanzan culpas es muy difícil llegar a buen puerto. Nadie se hace cargo y la LPF respira con el último aliento que le queda. En la Liga de Paraná Campaña nuevamente volvieron a registrarse hechos bochornosos y una explosión obligó a parar la pelota en una de las semifinales.